Por ser humanos poseemos secretos, pequeños dolores o alegrias que caminan de la mano y a nuestro lado, por momentos los acariciamos y convertimos en íconos de nuestro interior y en otros casos los desechamos desesperados pues casi nos asfixian.
Si, esos secretos que celosamente escondemos, aterrados de que los descubran pues sabemos de antemano que nos costaría pagar altas cuotas de dolor o verguenza.
Vivan conmigo, acompañenme siempre, no quiero olvidarlos, conforman mi existencia, son tantas cosas juntas las escondidas, que dificilmente podrían dejarse atrás.
Amenme como yo a ustedes y fusionense a mi hasta conformar el mismo dolor ó alegría, solo así podré culminar mi trayecto, respetando ese sagrado lugar que ocupan en mi.
La Amante del Tiempo.
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