DESCUBRIENDO EL AMOR
En medio de mi tranquilo y apacible mundo, en el que disfrutaba de una vida ordenada y sosegada, sumida en mis múltiples ocupaciones, un día te conocí, llegaste en silencio, no descubrí en ti todo el caudal de sentimientos que acudirían a mí para sorprenderme, fuiste calando dentro de mi corazón y mis sentimientos afectivos comenzaron a florecer después de haberme despedido hacía ya mucho tiempo de un lejano afecto que ya se encontraba dormido.
No me percaté que estabas allí, que me oteabas porque también a ti te ocurría lo mismo y un día me encontré encadenada, traté por todos los medios de descubrir que me estaba ocurriendo y para mi sorpresa comprendí que te amaba, que sin yo proponermelo, conformabas mi yo interno y habías tomado posesión de mi alma y de mi mente.
Sentí un nuevo amanecer, comencé a saborear el dulzor que produce el amor, ese que por momentos te estremece y por otro te enloquece, te convertiste en la persona más ansiada, ocupaste mis espacios sin que yo opusiera resistencia, todo para mí de nuevo comenzó.
Hoy puedo decir, que la felicidad está entronada en mi sentir, que mis expectativas están cifradas en ti y que lo único que anhelo y ansío, es lograr cristalizar este inmenso sentimiento que bulle dentro de mí y que cada día que pasa crece desmesuradamente, trayéndome la certeza de que en el final de mi tiempo estaré enredada en tus brazos, sintiendo ese inmenso amor que tienes guardado para mí.
No tardes... Estoy esperando por ti.
La Amante del Tiempo.
