miércoles, 3 de noviembre de 2010

LOS RECUERDOS







"LOS RECUERDOS"

Hablar sobre los recuerdos es como intentar correr el velo de la vida para después de traspasarlo, entender que en nuestro recorrido siempre habrá algo que nos induzca a recordar.
Los recuerdos afloran en nosotros como capullos en flor para que podamos recrearlos a través de la inmensidad de nuestras mentes. Estos la mayoría de las veces, se tallan en nosotros de tal forma que por momentos pasan a formar parte del recorrido sanguineo, provocándonos una ebullisión capaz de hacernos reir o llorar según sea la ocasión.

Lo más maravilloso que sentimos cuando podemos recordar, es que nos sentimos dueños de la conducción de nuestra propia vida, sabemos todo acerca de nosotros mismos y de todo aquello que ha conformado nuestra existencia mientras efectuamos nuestro recorrido. Lamentablemente no todos pueden accesar a ellos, pues o bien han sufrido algún trauma que los conllevó a la falta de recuerdos o simplemente el trayecto que ya han vivido no ha sido considerablemente bueno como para que merezca ser recordado.

El asombro alguna vez se ha asomado a nuestros rostros cuando sorpresivamente acude a nuestros recuerdos alguna vivencia y es entonces cuando casi no podemos creer el considerable tiempo que ha pasado desde el momento evocado hasta el presente. Algunos, entre los que me cuanto, podemos recordar desde nuestros primeros años de edad, rememoramos todo aquello que hicimos, vienen a nuestra mente las travesuras, los paseos e inclusive las fiestas de otros niños a las cuales acudimos en calidad de invitados.

Realmente es satisfactorio poseer recuerdos y si éstos son gratos, entonces el sentimiento de grandeza interna se cuantifica pues estamos en capacidad de entender que nuestra identidad fue creada por el Altísimo a su imagen y semejanza y que es precisamente esa cualidad la que nos engrandece y nos convierte en seres superiores.

Gran parte de la realización que alcanzamos cuando llegamos al ocaso de nuestras vidas, está basada en todos esos recuerdos que se convirtieron en el piso firme que en muchas ocasiones nos sostuvo para evitarnos caer.

Particularmente amo mis recuerdos, todos y cada uno de ellos están solidificados en mi espíritu lo que me califica como una privilegiada al sentir que muy pocos de ellos han sido ingratos conmigo, por lo cual cada día al salir la aurora, me reconcilio con la vida y con todo aquello que de alguna forma ha arribado a mi playa.
La Amante del Tiempo.