"EL OLVIDO"
Cada experiencia que obtenemos mientras transitamos los caminos de la vida, nos va otorgando momentos que definitivamente nos marcan y dejan en todos y cada uno de nosotros, algunas veces alegrías pero otras tantas desconcierto y mucho dolor. Solemos entonces pensar en el caso de las alegrías, que somos favorecidos porque quizás sin proponérnoslo mucho, las circunstancias que rodearon esa situación nos favoreció y poniéndose de nuestro lado nos otorgó ese momento para regalarnos una gran dicha. Cuando en cambio es el dolor el que nos abraza, entonces acudimos al lamento y exponemos nuestras quejas y pesadumbres, aduciendo que la vida nos es adversa.
Cualquiera que sea la situación que nos toque vivir, al final viene acompañada del olvido. Si es por la dicha, ésta nunca es eterna, siempre habrá un factor de vida que nos robe esa felicidad que hasta ese momento estuvo de nuestro lado y si es porque el dolor nos juega una mala pasada, entonces se hace más imprescindible cerrar los ojos, aliviar la mente y drenar la herida hasta alcanzar el olvido.
Este es quien al final siempre gana la guerra, aunque hayamos dejado en el transcurrir del tiempo, varias batallas libradas. El recuerdo por momentos es caprichoso, asume su propio control y se niega a abandonarnos, está allí, latente, persistente, trayendo constantemente a nuestro presente todo aquello que nos hirió, abriendo por cierto tiempo nuestras heridas y lacerándolas sin compasión alguna.
El tiempo siempre ha sido considerado como la mejor solución para derrotar al recuerdo, es quien se encarga de cerrar las vías de acceso y otorgarle libre paso a ese apacible y armonioso sentimiento que no es otro que el olvido.
Indispensables son las remembranzas de nuestras vivencias, pero aquellas que destruyen nuestra auto estima para convertirnos en marionetas y causarnos dolor y angustia, mejor las sepultamos en el olvido.
La Amante del Tiempo.
La Amante del Tiempo.