viernes, 24 de septiembre de 2010

"LA REENCARNACION"


"LA REENCARNACION"
Tratar acerca de este tema es ponernos en una situación controversial, algunos dirán que el mismo está un tanto trillado, otros por el contrario lo defienden y se permiten opinar acerca del mismo. Yo dejo al criterio del lector su comentario acerca del contenido de esta reflexión.
Algunos estudiosos aseguran que una vez que traspasamos el velo de la vida, el alma abandona nuestro cuerpo para comenzar un período evolutivo y que necesariamente retornará de nuevo a otra materia a fin de completar todo aquello que por alguna razón no pudo concluir en esa vida.
Lo que nos lleva a pensar que son muchas las vidas que transitamos y que a través de ellas vamos adquiriendo el conocimiento suficiente que será el que nos ayude a lograr ese tránsito que siempre será para bien. Los caminos que nos toquen recorrer en cada una de nuestras vidas nos irán conduciendo al definitivo conocimiento y teniendo en cuenta que el alma no tiene sexo, ésto nos hace deducir que indiferentemente a la cantidad de veces que hemos reencarnado, siempre nos ha tocado ocupar un cuerpo bien sea de hombre como de mujer.
Paralelamente vamos adquiriendo el suficiente conocimiento acerca de ambos géneros, lo que nos brinda suficientes experiencias como para lograr esa meta evolutiva.
También se dice que somos nosotros mismos quienes definitivamente escogemos nuestro entorno familiar y que al hacerlo comenzamos a enfrentar ese perfeccionamiento personal que exige cada una de nuestras reencarnaciones.
Múltiples escritos y charlas aseguran que el Karma viene implícito en nuestro regreso, que el mismo es parte de un castigo por no haber cumplido a cabalidad esa misión que nos fue encomendada y que la forma de completarla es regresando única y exclusivamente para ser castigados. Personalmente no comparto esa opinión, creo que nuestro regreso a la materia siempre es para concluir nuestro aprendizaje, para darnos el tiempo suficiente de visualizar los pormenores que nos correspondan en nuestro trayecto y de esa manera lograr esa evolución espiritual que nos acercará cada vez más al verdadero conocimiento.
Otros quizás menos objetivos e ignorantes acerca de lo aqui tratado, hasta se permiten decir que también nos toca regresar ocupando el cuerpo de un animal, tampoco comparto esa teoría puesto que el ser humano es el único que posee un alma y un espíritu, ambos con una finalidad muy bien definida al momento de descender a ocupar una nueva materia.
Los animales como es bien sabido, a pesar de poseer un grado de inteligencia y además algunos de ellos poseer muy buenos sentimientos, carecen de esa interioridad que definitivamente solo la proporciona el alma. El espíritu en cambio nos concede ese don de poder razonar, esa potencialidad de poder oir los susurros de Dios.
Cuando nos interesamos por este tema, generalmente lo primero que pensamos es en querer conocer cuantas vidas anteriores hemos transitado y qué papel hemos desempeñado en cada una de ellas, también nos preocupa saber si mientras duró nuestra existencia en todas y cada una de las oportunidades que se nos concedió el regreso, cumplimos cabalmente con lo que nos fue encomendado para ese momento.
Lamentablemente son pocos los que se acercan buscando la verdadera razón que es la que ahora nos ocupa. Por lo general impera la curiosidad por saber sobre algo que nos motiva más por lo humano que por lo divino.
Hay momentos en que nos ocurre que estando de viaje en algún lugar el cual nunca hemos visitado, circunstancialmente vemos alguna arquitectura ó algún paisaje que nos retrotrae al recuerdo, si al vivir esa experiencia ésta le ocurre a alguien que en su largo recorrido ha ido alcanzando su evolución, entonces éste se preocupará por encontrar ese vínculo que lo une a otras circunstancias de vida y siempre tratará de aclararlo a fin de adosarlo a ese cúmulo de vivencias que conforman su trayecto. Si por el contrario le ocurre a una persona con menos interés en este tipo de situaciones ó simplemente que su psiquis no esté acondicionada para entablar este tipo de conflictos, entonces simplemente desechará esa sensación para dar paso a otra que le sea más creíble y continuar así su recorrido sin sentir ningún tipo de inquietud.
Usualmente nos encontramos con personas que opinan que deberíamos regresar a una nueva materia manteniendo el recuerdo de la anterior. En cuanto a ésto opino que no podríamos mantener la cordura al someter a nuestra mente a una constante evocación que quizás en algunos casos fuera benigna y complaciente con nosotros pero que es muy posible que en otras nos trajera recuerdos y sinsabores que definitivamente colisionarían con nuestra vida presente.
Hay mucha materia para reflexionar acerca de lo aquí expuesto, la gran pregunta que nos queda por formularnos a nosotros mismos es ¿Como saber cuándo concluiremos ese trayecto de vida? ¿Estaremos a la altura de las circunstancias y así lograr una partida total y definitiva? Esas son entre otras las preguntas que durante muchos años nos hemos ido formulando y que hasta el presente no nos han sido contestadas cabalmente.
La Amante del Tiempo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

"LA TRISTEZA"


"LA TRISTEZA"
Este es un sentimiento que nos reporta una sensación de vacío, nos hace sentir que hemos sido olvidados por la vida, que navegamos sin rumbo fijo y que todo aquello que nos representó algún afecto, nos abandonó sin importarle lo que cruzaría por nuestra mente y corazón.
Lo que antes era hermoso, claro y sonoro, de pronto pierde toda su variada gama para convertirse en llanto y desolación. La paz huye del espíritu para refugiarse en la oscuridad, nuestra mente antes conectiva se vuelve errática y pierde toda coherencia para someternos a períodos de silencio e inquietud.
Preciso es evadirla, no permitirle que se apodere de nuestro yo interno, es el momento indicado para acudir a nuestra auto estima y aferrarnos a ella con el único propósito de evitar que esa herida nos provoque algún mal de carácter irreversible.
El tiempo en su magnanimidad, será quien ahuyente definitivamente esa nube gris de nuestra alma, para devolvernos la tranquilidad y la armonía, sentimientos acordes con nosotros los que nos identificamos con la felicidad y a ella aspiramos para completar ese ciclo que nos corresponde recorrer.
Todos en algún momento hemos sido tocados por la tristeza, bien sea de tipo amoroso al ser heridos o maltratados por ese ser que representó para nosotros algo sublime dentro del campo del amor, como también por la pérdida de alguien muy querido, quien en su tránsito por nuestra vida dejó hondas huellas en nosotros.

La Amante del Tiempo.