Tengo que aceptar que a fuerza de sentir el dolor de no tenerte, he comenzado ha identificarme con mis miserias, esas que no llegué a conocer hasta que me encontré con ellas, busco alejarlas pero cada día defienden su espacio y se muestran ante mi, me retan y me obligan a aceptarlas, lo hago, ya no me resisto, sé que conforman mi existencia, también comprendo que al no poder enfrentar la angustia de estar sin tí, me he convertido en alguien en quien no me reconozco.
Responde mis querencias, solo así sobreviviré a tanta miseria, no permitas que mi espíritu sucumba ante las sombras, eres la luz que descubro al final de mi vida, compadecete de mis angustias y acepta que el final dolerá más si no lo concluyes a mi lado.
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